El día de su cumpleaños, l@s tres compañer@s decidieron
regalarle su primera experiencia sexual: montárselo con las dos chicas. Su
amigo se encargaría de alentarlo, dado su frágil e indeciso carácter.
Al amigo le costó; tuvo que esforzarse para que nuestro
joven se viniera arriba, sobre todo al principio, cuando, entre temblores, no
se atrevía ni a acercarse a las chicas.
- ¡Será…!
Al ver el panorama, una de ellas reculó y se planteó abandonar.
Pero el amigo insistió, tendiéndole un condón al joven virgen e incitándolo a
cercar a la chica y, de paso, darle más seguridad y confianza a l@s tres.
- ¡Pásale eso, perro cobarde, cércala!
Pero… aquello no funcionaba. El amigo tuvo que recurrir a la
viagra, porque si no…
- ¡Creced, rabo! ¡Corre! ¡Poséelas a pares!
Al final, la velada funcionó como un reloj; como un
palíndromo:
¡SERÁ…! ¡PÁSALE ESO, PERRO COBARDE, CÉRCALA! ¡CRECED, RABO!
¡CORRE! ¡POSÉELAS A PARES!
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